Hoy Dios quiere decirte que puedes afligirte y tener esperanza. Cuando Lázaro murió y Jesús llegó a la casa familiar, Marta, la hermana del fallecido corrió a su encuentro. Su dolor era palpable cuando cayó a sus pies. ¿Porqué has tardado tanto? sollozó. Se ha ido. Jesús sabía que Marta y su hermano volverían a reunirse; de hecho lo harían en breve. Sin embargo, a pesar de conocer este dato, se conmovió visiblemente ante el dolor de ella. Lloró. Su corazón sufrió por aquellos a los que amaba. Algunas veces como cristianos, se nos da la impresión de que la aflicción o el llanto implican en cierto modo que no confiamos en Dios. Que no creemos que él tenga todo bajo control. No obstante, cuando Pablo habla de la muerte dice: Afligíos, pero no sin esperanza. Tal vez tu corazón hoy está así, bueno adelante llora todo lo que quieras. Jesús siente tu dolor y tus lágrimas son preciosas para él. Pero cuando estés apenada, asegúrate de no perder la esperanza en la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Lo que dice la Palabra:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13