A Dios le interesa mucho más nuestra sinceridad que todo lo demás; Él quiere de mi, un corazón dispuesto y un espíritu veráz y sin doblés; una vida que le demuestre mi amor con frutos y sin excusas. Y Él aceptará mi ofrenda cada día.
La Biblia dice: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:1-2