Jesús les promete satisfacción a quienes buscan las cosas buenas de Dios. No dice que los llenará de bienes materiales, ni que les dará una vida fácil, sino que los llenará con el gozo y el contentamiento que provienen de hacer la voluntad de Dios.
Cuando tomamos la decisión en nuestra mente de obedecer a su Palabra, el temor disminuye. Saber lo que debemos hacer siempre echa fuera el temor, y confiar en Nuestro Padre de los Cielos, nos trae la verdadera paz.
Dios Te Bendiga.
Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma. (Salmos 143:8)