De este dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. (Hechos 10:43)
Señor, tu nombre transforma y redime, trae paz a mi corazón y mi tensión se alivia. Tu presencia convierte las preocupaciones en paz. Cuando vengan más problemas, no temeré, pues sé que Te tengo a Ti, mi verdadera fuerza.
Porque sólo Tú Padre, me perdonas, sanas mi espíritu y renuevas mi mente. Qué grandes son tus dones. Y estos dones no son sólo para mí, sino para todos los que creen en ti. Señor, bendíceme para que pueda caminar por esta vida revestido de Tu misericordia, y ser testimonio humilde de Tu amor, para que otros puedan seguirte.
Amén.