Cuando las situaciones y presiones de la vida parezcan más difíciles de lo que puedas soportar, aférrate de la estabilidad y refugio que se encuentra sólo en Jesús. Tú eres suya y estás segura. Siempre Él está listo para recibir tus peticiones con sus brazos abiertos. Siempre tú permanece bajo su paraguas de protección durante cualquier tormenta. Él es tu santuario y tu refugio seguro.
La que dice La Palabra:
Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hijo los cielos y la tierra. Salmo 121:1-2