Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. (Hebreos 12:9-10)
Usted tiene un Padre que le ama, protege y provee para usted. Independientemente de la forma en que su padre terrenal le haya tratado, su Padre celestial nunca le fallará y jamás le rechazará. Esto se debe a que por medio del sacrificio de Jesús en la cruz, Dios le ha adoptado permanentemente en su familia y le ha dado el Espíritu Santo como garantía de su amor para siempre (Efesios 1.13–14).
Entender verdaderamente lo maravilloso que es esto puede exigir un cambio en su manera de pensar y la eliminación de ciertas fortalezas en su vida. Por ello su sabio y misericordioso Padre celestial permite que usted atraviese circunstancias que le revelan su propio carácter defectuoso, le muestran la profundidad del amor divino hacia usted, y le ayudan a confiar más en Él.
Por lo tanto, abrace hoy la verdad de que Él es su Padre. En cualquier problema que esté enfrentando, búsquelo para que le enseñe y le asegure que usted está en el centro de su provisión y amor perfectos, pase lo que pase.
Padre, gracias por adoptarme en tu familia. Ayúdame a aprender todo lo que significa ser tu hijo amado.
En su presencia… recíbalo como su Padre.